jueves, febrero 23, 2006

ensoñaciones















Primera ensoñación

él iba manejando su citroen en silencio
ella, cebaba los mates amargos

nosotras dos, íbamos acostadas atrás
entre dormidas y despiertas
también de a ratos
jugando al juego de las palabras

te cae encima el campo de noche
sos nada de cielo finito


nos invadían las ráfagas de olor a zorrino y
las dos, nos reíamos porque confundíamos ese olor con
sales, gases, tóxicos de otras fábricas linderas a la ruta dos.

Nunca es asequible la espera

Ni bien llegábamos a buenos aires bajábamos
los cuatro con el taper de la miel,
las ensaladas sobrantes del descanso
y el bidón con agua fresca del cantry.

Te baña de tanto dolor.

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